Desear con desenfreno a un hombre es el mayor motivo para tener sexo con él. La culpa en muchas mujeres por sentir que este pueda ser la razón principal, por prejuicios, asuntos religiosos y culturales, como el “hágase desear”, impiden que den un paso adelante.
En cambio, cuando una mujer recibe atención de un hombre, con flores, invitaciones a cenar o halagos la lleva a pensar, que por su amabilidad, se ha ganado una noche de sexo. Es decir, hay personas que agradecen de esta forma y suele ser más frecuente en las mujeres.
Un hombre me contó hace unos días que una amiga le había asegurado que tendría sexo con un tipo que la había invitado a salir varias veces y hasta le enviaba chocolates.
¿Será que esta decisión la tomó porque sentía el deseo de concederle un polvo o por generosidad? Ella quería agradecerle. Este tipo de mujeres andan por las calles diciendo: “Él ha sido muy bueno conmigo. Se ha portado bien. Se lo merece. Estoy soltera y hace mucho no tengo sexo”.
A ellas, si les preguntas cómo les fue en su noche de sexo responden que bien, pero no encuentras ninguna chispa en la elocuencia con la que expresan esta satisfacción, como solemos ser las mujeres, que conectadas a un hombre, echamos chispas al pensar en el buen polvo que tuvimos.
De otro lado, no juzgo los motivos por lo que se decide tener sexo con alguien. Pero hacerlo por agradecimiento me forja a decirlo, sin pelos en la lengua, es un argumento poco loable con nosotras, porque el cuerpo se merece momentos de placer con quien nos genera locura y desenfreno, sea con nuestra pareja, o si estamos solteras, con alguien que nos vuelva locas.
Al parecer, la atracción por alguien puede generar miedo en algunas mujeres que creen que no está bien vista esta sensación, porque se tacharán como una bitches.
Ante eso, dejo sobre la mesa varias preguntas ¿No prefieres tener sexo con alguien que te atrae con locura y punto? ¿Decides tener sexo con un hombre, porque a nosotras nos gusta tanto como a ellos?