Coño fue la palabra más reciente que escuche de alguien que se refería a la vagina. ¡Coño!, expresé al preguntarme que por supuesto los genitales de la mujer han sido nombrados de diferentes maneras.
Ante eso, me dirigí a la Real Academia de la Lengua Española, RAE, a conocer el significado de coño y encontré: “vulva y vagina del aparato genital femenino”.
Sin embargo, en una búsqueda sobre las otras formas de nombrar la vagina hallé una lista casi interminable de adjetivos y comparativos de los genitales femeninos. Algunos de los más interesantes fueron chocho, chucha, peluche, papaya, bollo, cosita, la araña, mona, cuca, panocha, la jamona, la selva y galletita.
Intenté analizar por qué alguien le diría jamona o papaya a la vagina, y tiene todo el sentido, pero no entraré en detalles. Lo particular es que ustedes deben estar con una lista más amplia sobre la forma de nombrarla, ante el vínculo que han forjado con ella en diferentes cuerpos y momentos de la vida.
Podría jurar que esa lista extensa de adjetivos se ha creado porque resulta excitante y representa la posesión, así sea por un tiempo corto, de ese sitio que tanto placer genera.
De igual forma es probable que algunos prefieran decirle vagina a la vagina y otros se apunten a dialogar con la cotorra, buscar el peluche, probar la chimuela o ser mordidos por la piraña. Cada quien, le tendrá su nombre.