Comienzo por aclarar que con el término arrecho sí hago referencia a la atracción física locuaz, extrema, absorbente, de urgencia, grito grande de «te deseo», «te quiero en mi cama u otro espacio», «vivo o estoy excitada por ti» y todo lo que rodea al placer que siente una mujer hacia otra persona. Avanzo para asegurarles que las mujeres también nos arrechamos y les ratifico que siempre buscamos sentirnos así, aunque las mojigatas se sonrojan, pero asientan con el corazón, porque ellas también lo creen. Queremos estar arrechas porque siempre será mejor estar feliz que triste y el placer es el camino directo a la felicidad, ¿o no? Las mujeres tenemos patrones de gustos físicos que se sostiene o rompen después de conversar. Es posible de igual forma no arercharse por quien nos coquetea pero sentir ganas de sexo con esta persona pasado un tiempo cuando se genera el vinculo físico. En fin, quiero vivir arrecha, quiero alguien que me arreche, quiere arrecharme de diferentes maneras. Quiero ser feliz con quien me atrae y terminar con una sonrisa de oreja a oreja cada vez que tenga la posibilidad de hacer que la arrechera me dé la señal de actuar para complacerla. Mi cuerpo me da señales. He aprendido a interpretarlas. Ojalá ustedes, mujeres, sean capaces de dejarse guiar por esa corazonada que nos enseña a elegir el hombre que siempre será capaz de arrecharnos.