Si hay algo a lo que le tememos las mujeres en algún momento de la vida es a creer que los hombres se cogen la verga, se la masajean y tienen orgasmos con su mano porque están insatisfechos con el sexo que tienen con nosotras.

Masturbarse es para los hombres tan elemental como ir al baño o comer. Aparece desde la adolescencia y se queda con ellos como un talismán. Y como no hay prejuicio sobre su práctica. Ellos conviven con la masturbación sin culpa.

Los hombres se masturban mientras ven la TV o Netflix; cuando se duchan o hacen algo frente al computador, quizás acompañados de un GIF de esos en los que un sujeto penetra a una mujer a una velocidad inmemorable, ellos: casados, divorciados, ennoviados o solteros se comunican con su pene de forma constante.

Sin embargo, la regularidad con la que los hombres se masturban cambia según la edad y, sin duda, el que no tengan pareja estimulará más el que ellos acudan a la masturbación.

Algunos hombres podrán decir que se masturban dos veces a la semana y otros que lo hacen dos veces cada 15 días. La cifra sobre la cantidad variará por diferentes razones. Sin embargo, hay dos factores más importantes que debemos considerar las mujeres, como lo es entender que la masturbación en los hombres, después de la adolescencia cuando exploran su cuerpo, es un complemento del sexo.

La masturbación masculina es un encuentro íntimo en el que cada uno elige el ritmo que quiere llevar a su antojo, diferente a cuando están con su pareja a quien buscarán satisfacer, lo que cambia las condiciones de la forma de sentir placer.

Después de la retórica explicación a la que llegué sobre la masturbación, queda confirmado que los hombres no deben estar insatisfechos con su vida sexual para cogerse la verga cada tanto.

Ahora, en lo que debemos pensar todas las mujeres sobre la faz de la tierra, y por ello las negrillas es: ¿en quién piensan ellos mientras se masturban?

El deseo fugaz de imaginarse, no necesariamente a la pareja actual, tal vez a la hermana de ella, a la vecina, la compañera de trabajo o alguna ex hacen parte del maravilloso mundo del auto placer al que se sumergen los hombres cuando se cogen la verga.

Ellos pueden imaginarse con una o varias personas y les harán cosas que quizás no pueden realizar con todas las atribuciones que genera el sexo en la cotidianidad; imaginen lo que quieran.

Ellos, bien ‘cachondos’ se masturban, eyaculan y luego se limpian el semen con el papel que tienen sobre la mesa de noche o en el baño. Se vestirán para salir al trabajo; si han llegado de laborar, se acostarán a ver su serie favorita o si viven con su pareja podrán, cuando hayan recuperado energía, cogérsela.