¿Levantarme motivada a las 4:30 am? ¡Ni siquiera se me pasaba por la cabeza esa idea! Pero, desde que establecí una serie de rituales que realizar recién me despierto, mi creencia dio un giro radical.
Toda mi vida estudié en un colegio de monjas cuya ruta me recogía a las 5:15 am. Nunca supe bien a qué hora me despertaba mi mamá cada día, pero estoy segura de que tenía que pasar varias veces frente a la puerta diciendo mi nombre, porque el sueño me vencía una y otra vez.
“Nunca he sido una persona madrugadora”, era la creencia que tenía hasta hace un mes. Once años de colegio me lo demostraron. La aversión por programar clase de 7:00 am en la universidad también era una prueba rotunda de eso.
Debo aclarar: tampoco soy una persona trasnochadora. En síntesis, lo que a mí me gusta es dormir, quizás tanto como comer (y tú, que me has leído varias veces en este espacio, sabes lo mucho que me gusta comer).
Sin embargo, desde que leí el libro Mañanas milagrosas: Los 6 hábitos que cambiarán tu vida antes de las 8:00, te juro que me despierto a las 4:30 am. Los primeros días fueron duros, debo admitirlo. Pero, a medida que empecé a ver los beneficios del ritual mañanero que propone el autor, me empecé a entusiasmar más y más con la idea de programar la alarma cada noche.
Hal Elrod propone en este texto realizar, juiciosamente, lo que él ha llamado SALVAviDas. Se trata de una serie de pasos que se deben cumplir recién se abre los ojos y que pueden cambiar radicalmente la vida de cualquiera, se defina o no una “persona madrugadora”.
Como sé que, entre el trabajo, la familia, el estudio y todo lo que haces en un día, es probable que no te animes a leer este libro, te voy a compartir lo esencial, pero solamente te exijo una cosa: si te animas a hacerlo, compártelo en los comentarios de este artículo o en mis redes sociales.
Te diré qué palabras se derivan de las mayúsculas de la palabra SALVAviDas y cómo las estoy aplicando yo a mi vida. ¿Empezamos?
Hábito 1. S de Silencio:
Todas las mañanas hago cinco minutos de meditación. A veces en absoluto silencio, tratando de prestar atención a las sensaciones de mi cuerpo y a mi modo de respirar, y en otras ocasiones busco alguna meditación guiada y la realizo. Te aclaro que el autor no propone tomarse literal el “silencio”, puedes escuchar meditaciones guiadas en YouTube, lo cual te facilita mucho todo si eres principiante en esta práctica.
Hábito 2. A de Afirmar:
¿Has visto la típica escena de comedias gringas, en la que el personaje se mira al espejo y se dice cosas positivas para motivarse? ¡Es eso mismo! Confieso que es el hábito que más trabajo me ha costado, pero poco a poco le voy agarrando el gusto. Tómate cinco minutos al día para afirmar todo lo que quieres y puedes ser.
Hábito 3: L de Lectura:
Tampoco te lo tomes literal. Más que leer, lo que el autor quiere es que aprendas. Puedes escuchar unos minutos de un audiolibro o un podcast, ver en YouTube algún video que te aporte conocimiento valioso, o repasar algunas páginas de un libro. Si te cuesta madrugar, te aconsejo que esta sea la última parte de tu ritual, así te aseguras de no caer dormida de nuevo.
Hábito 4: V de Visualizar:
¿Has oído de los vision boards? Son, literalmente, tableros donde pones todo aquello que quieres lograr: la foto de tu casa soñada, un recorte de revista que muestra el paisaje a donde quieres viajar próximamente, lo que sea. Tómate unos minutos cada mañana para ver imágenes que te motiven a conseguir los objetos o experiencias que quieres.
Hábito 5. A de Anotar:
¡Mi parte favorita de mis Mañanas Milagrosas! Consiste en llevar un diario. Puedes apuntar todo lo que viviste el día anterior, organizarte para el día presente, escribir tres cosas por las que te sientes agradecida o, incluso, registrar lo que soñaste. Escribir es una terapia súper efectiva, pero necesitas darle una oportunidad para comprobarlo.
Hábito 6. D de Deporte:
Después de tomarme un vaso grande de agua y cepillarme los dientes, esta es mi primera parte del ritual. La actividad física me energiza de inmediato y me garantiza no regresar al calor de mi cama. Hago apenas cinco minutos de yoga, ya que más tarde siempre realizo otra actividad física. El autor sugiere que eleves tu frecuencia cardiaca durante 20 minutos cada mañana.
Como puedes ver, la rutina de Mañanas Milagrosas es súper sencilla y apenas deberías dedicarle una hora al día. Otra gran ventaja es que puedes adaptarla a ti, a tu ritmo, a tus gustos. Puedes cambiar el cardio por yoga, como lo hice yo. Puedes usar tu diario para dibujar un paisaje que te haya gustado el día anterior, no necesariamente para escribir. Y en el hábito de la lectura, puedes leer algún blogger que te motive, como espero haberlo hecho yo en este artículo.
¿Te animas a despertarte mañana una hora más temprano?
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