‘’El hombre sano no tortura a otros, por lo general es el torturado el que se convierte en torturador’’, Carl Gustav Jung, con esta frase del padre del psicoanálisis, quiero empezar a hablar de la manipulación emocional, un acto que sigue una serie de estrategias psicológicas que puede afectar profundamente la psique emocional de un individuo hasta dañarlo en lo más íntimo de su ser.
Es importante hacer reflexión sobre ello, pues en el día a día cualquier ser humano está expuesto a vivir una situación de esta naturaleza sí no está muy consciente de su amor propio, autoestima y de su valía personal y ha perdido la confianza en sí mismo.
Podría suceder que algunas personas se pregunten si son víctimas de manipulación emocional o, por el contrario, si están ejerciendo este comportamiento sobre otros. Comprender estos roles es esencial para fomentar relaciones saludables y desarrollar una mayor autoconciencia y autoestima en la sociedad. Todos tenemos la obligación de crecer como seres humanos y expandir nuestra conciencia
Como Coach y periodista he conocido muchos casos en la práctica del coaching donde he sido testigo de personas que han caído en las ‘garras’ de ciertos manipuladores y hasta que no tomaron conciencia de su poder interior, y su valor como hijos de Dios, sí del todopoderoso, no pudieron liberarse de esta clase de personas que solo buscan su beneficio propio y en donde sentimientos como la empatía, la compasión y el respeto por otro ser humano, son ajenos a su mundo interior.
¿Qué es la Manipulación Emocional?
Es la forma como un individuo influye en las emociones de otro, con el fin de controlar su comportamiento, empleando técnicas de persuasión, sugestión mental, críticas e infundir sentimientos de culpa, miedo, intimidación y baja autoestima, entre otros.
Así que el manipulador, podría ser una persona que tiende a confundir, a escuchar solo lo que le conviene y a buscar su beneficio personal. Por ejemplo, el manipulador le puede asegurar al otro, que lo que está diciendo no es cierto, sino que lo entendió mal, o buscar que la otra persona acepté sus peticiones, expresando falsos sentimientos de amor, o menguando la autoestima de su pareja o de su compañero.
También la manipulación puede presentar en lo cotidiano no solamente en las relaciones de pareja, sino también en la relación jefe subalterno, entre compañeros de trabajo, de padres a hijos, entre hermanos, en fin en las interacciones sociales.
Todos estos actos, como lo explica Jung, los ejerce una persona que ha sido herida, dañada y que carga ese lastre en su vida y por lo tanto, quiere transmitir su dolor a otros, pues una persona sana que se ama, se respeta, y se conoce a sí mismo, y cultiva una seguridad en sí mismo y una buena autoestima, jamás ejercerá ningún tipo de control sobre otro ser humano, por ello, hay que estar atento a esta clase de experiencias que se suscitan en la vida diaria y que pueden terminar por lastimar profundamente a un ser humano.
Un manipulador puede ser una persona con adicciones, como el alcohol, al juego, a la comida, al poder, a las drogas, sexo, entre otras adiciones que no reconoce sus acciones y comportamientos, porque busca que los demás sufran. Siente que debe cobrarle al mundo su dolor.
Ojo que para que exista un manipulador en tu vida, es porque también existen secuelas de tu niñez, en donde aprendiste de manera consciente o consciente a asumir el rol de víctima, porque descubriste que eso te generaba algún beneficio, así que es clave practicar la constante autoobservación emocional. Las personas a veces, no tienen conciencia de que en su salud emocional también incide los patrones de su clan familiar y repiten estos patrones siendo leales al clan y dan por sentados que son víctimas por accidente. Por eso se requiere trabajar en su desarrollo interior. Hacer consciente todo lo que habita en su subconsciente.
Señales de ser una Víctima
Sentimientos de Inseguridad: Si constantemente sientes que tus decisiones son cuestionadas o que no tienes voz en una relación, podrías ser víctima de manipulación emocional.
Culpa injustificada: A menudo, los manipuladores hacen que sus víctimas se sientan culpables por situaciones que no son su responsabilidad. Si te encuentras pidiendo disculpas por cosas que no has hecho, es una señal de alerta.
Confusión Emocional: La manipulación puede llevarte a cuestionar tus propios sentimientos y percepciones. Si sientes que no puedes confiar en tu propio juicio, es posible que estés siendo manipulado.
Dependencia Emocional: Los manipuladores a menudo crean una dependencia emocional. Si sientes que no puedes vivir sin la aprobación o presencia de otra persona, puede ser un signo de manipulación.
Acciones claves para salir del victimismo
Reconocimiento: El primer paso es reconocer que estás en una situación manipuladora.
Establecer Límites: Aprende a decir «no» y a establecer límites claros en tus relaciones.
Buscar Apoyo: Hablar con amigos, familiares o buscar apoyo profesional.
Señales de una persona manipuladora:
Control sobre las Emociones de Otros: Si a menudo usas tácticas como la culpa o la intimidación para conseguir lo que quieres, es un indicio de manipulación.
Jugar a la Víctima: Los manipuladores a menudo presentan una imagen de víctima para evadir la responsabilidad y obtener simpatía.
Falta de ‘Empatía’: Si te resulta difícil comprender o preocuparte por los sentimientos de los demás, puedes estar ejerciendo manipulación emocional.
Justificación de comportamientos tóxicos: Si te encuentras justificando acciones que lastiman a otros, es un signo de que podrías estar manipulando emocionalmente.
Claves para sanar el comportamiento manipulador
Reflexión personal: Haz un genuino examen de conciencia sobre tus comportamientos y su impacto en los demás. Es hora de asumir la responsabilidad de tu vida y sanar a tu niño, a niña herida. Conocerte a ti mismo, trabajar en tu autoestima y desear hacer una transformación en tu vida.
Desarrollar ‘Empatía’: Trabaja en entender y validar los sentimientos de otras personas.
Busca apoyo profesional: con el apoyo de un profesional especializado podrás comprender las razones que esconden ese tipo de comportamiento y si tienes la voluntad de sanar el niño o niña herida que llevas dentro de ti, quizás puedas hacer del mundo, un lugar mejor para vivir.
Así las cosas, reconocer sí eres víctima o manipulador es un acto de expansión de conciencia fundamental para aportar en la construcción de relaciones asertivas, equilibradas, y saludables.
El mundo merece que cada ser humano, crezca interiormente y se preocupe por hacer de este maravilloso planeta un mejor lugar para vivir y heredar a un legado de nuevas generaciones. Es el momento de aprender a ser responsables, con nuestras acciones y comportamientos y salud mental.
No hay libertad que pueda ser quitada para alguien que es capaz de elegir su actitud y sus pensamientos, ni autoestima que pueda ser dañada en alguien que se conoce profundamente a sí mismo.
La pregunta del Coach: giovannafuentes@yahoo.com
¿Qué clase de experiencias has tenido en tu vida con un manipulador?
¿Has asumido alguna vez, el comportamiento de víctima, sin tomar conciencia de que también eres responsable?
¿Cómo podrías convertirte en una mejor versión de ti mismo y preocuparte por tu salud emocional?