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Aunque suene raro. Cada vez más parejas han dejado de lado las relaciones sexuales.   Alguno de los dos, ha comenzado a sentir inapetencia sexual con su pareja. Las cosas han comenzado a enfriarse en el lecho matrimonial y la insatisfacción crece.

La canción de Ricardo Arjona,  titulada ‘Pingüinos en la cama’, le cae a más de una pareja como anillo al dedo.   Lo preocupante del asunto, es que en algunos casos hay parejas en donde la situación se ha ido a los extremos y llevan años sin tocarse la punta del cabello, así se lleven bien en otras facetas de la relación.

En el último tiempo he atendido en las sesiones de coaching a parejas preocupadas por la falta de reciprocidad sexual de su compañero (a) sentimental.  Uno de los dos desea la intimidad, mientras el otro la evade.

La falta de sexo, es apenas una señal de algo más complejo que está atravesando la relación amorosa.    A veces, las personas se concentran solo en el tema sexual, sin detenerse analizar que esta señal habla de una circunstancia integral y sistémica. Pensar solo en la parte sexual, sería como buscar la calentura en las sabanas.

Según estudios psicológicos, entre un 10 y 20%  de los matrimonios y de las relaciones románticas no tienen sexo, lo que significa que esta cifra podría ser mucho mayor en realidad, ya que muchas personas rehúsan a hablar de su vida sexual y mucho menos admiten que carecen de ella.

Es importante aclarar que una pareja sin sexo, es aquella que tiene menos de un encuentro al mes o menos de 10 al año.  El estrés, las exigencias laborales, los problemas económicos, de salud, la tecnología y la falta de comunicación han minado la relación amorosa.

Testimonio de coaching

Comparto el testimonio de Teresa una de mis clientes (coachee) de 43que comenzó a vivir situaciones de ansiedad debido a los problemas de impotencia de su compañero.  Al principio, creyó que se trataba de un hecho pasajero, debido a la carga laboral de su esposo, por los compromisos de su empresa, pero después el tema fue pasando de lado.  “Cuando el sexo dejo de ser frecuente, le pregunte a mi pareja que sucedía. ¿le dije que me dijera con sinceridad si existía otra mujer?.  Respondió que no. Luego hice mis propias averiguaciones y no encontré nada. Luego le dije que fuera al médico.  Los exámenes salieron bien.   Yo sentía ganas  pero él ponía excusas casi siempre, hasta que llegó el momento en que me resigne a mi suerte. Es como cuando quieres algo y no lo consigues.  Así que dejas de insistir para evitar conflictos.    Igual a algunas amigas les pasaba lo mismo.  Entonces pensé eso debe ser natural después de 16 años de relación.

Pero de este letargo que duró más de cinco años desperté.  Fue entonces cuando decidí hacer un proceso de coaching. Hablé con mi esposo y fuimos los dos con la Coach así fue como descubrimos que había más cosas de fondo en nuestra relación de las cuales no teníamos conciencia, como por ejemplo, no nos sabíamos comunicar.  Nuestra comunicación se había vuelto monótona y violenta.  Aunque no nos gritábamos.   Además si hablamos era solo para quejarnos del otro.  Cuando terminamos el proceso de coaching, descubrimos que habían muchos dolores entre nosotros, tuvimos que trabajar en nuestro crecimiento interior, aprender a conversar y reconquistarnos, la llama del amor se volvió a encender.”.

Falta de deseo, se traduce en aburrimiento.         

Pero no todos los casos, terminan de esa manera.  Perder el deseo sexual en algún momento de la relación es normal, sin embargo enterrarlo sin motivo aparente no lo es.    La falta de deseo sexual no siempre afecta de la misma forma a ambos integrantes.  Lo más  común es que alguno quiera tener relaciones  y el otro no.  Esto se convierte en fuente de frustración, culpas, peleas, rabias contenidas, reproches.  Pero, con la falta de sexo, también se pierden los besos y las caricias.

Cuando no existe deseo en los hombres tras años de convivencia,  podría explicarse por diferentes factores:  se ha cansado de llevar siempre la iniciativa,  quiere vivir una relación diferente y sentir de nuevo su ego de macho,  de seductor.  Tal vez, ese emoción se ha apagado, por el excesivo control de su pareja.  Algunos de los coachees hombres que he atendido, se quejan de que las mujeres en casa son demasiado ‘matronas’  e imponentes y se han olvidado de activar su parte femenina.   El rol de compañera, se desdibuja y sin darse cuenta las mujeres se  convierten en la mamá de su pareja.

Las investigaciones de coaching revelan que el síndrome de deseo hipoactivo, es decir la falta de ganas se traduce en aburrimiento de la relación, originado entre otros factores a la monotonía y la escasa comunicación asertiva, la pérdida de confianza, entre otros aspectos primordiales, como la no compresión del proyecto de vida del otro, la excesiva posesión, la creencia errada de que somos dueños del otro, la inexistencia de un proyecto de vida en común, intereses diferentes, cuentas pendientes que no se manifiestan abiertamente y que se expresan indirectamente en el plano sexual.

El sexo es uno de los pilares saludables de una excelente relación. Es una expresión de conexión interior e intimidad entre dos seres humanos cuando existe amor. No sexo por sexo,  Mi experiencia como Love Coach, de acuerdo a los casos que he venido trabajando es que cuando no existe comunicación tampoco hay sexo.  La falta de sexo es una pareja, es leída por la mente subconsciente (parte de la mente que graba todo las experiencias de un niño, en etapa temprana y que luego se manifiestan en su vida adulta) entonces es la primera que detecta y somatiza los problemas que el intelecto tardará años en comprender, cuando no se busca apoyo.

Así las cosas, la expresión estamos bien y nos llevamos de maravilla, pero no tenemos vida sexual, se traduce en realidad en:  “No estamos bien, por eso  no tenemos intimidad”. 

La pregunta de Love Coach: Giovannafuentes@yahoo.com

¿Qué haces cuando tu pareja no siente deseo?

¿Te identificas con esta situación?

¿Cómo te comunicas con tu pareja?

¿Te sientes escuchado (a)?

Nota, agradeceré me escribas si estás viviendo una historia similar.

 

sin sexo

 

 

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