Hace años, que decidí amarme contra viento y marea. No ha sido fácil. Dado que para muchas personas el amor propio es interpretado como un acto de egoísmo. Entendiendo el egoísmo, como una actitud errada y quizás narcisista y más en una sociedad donde desde pequeños se enseña a los niños a que deben portar bien (sin saber que es portarse bien) y no expresar los sentimientos, ni emociones porque se corría el riesgo de quedar como maleducados y avergonzar a los padres.
En la mayoría de las sociedades esta consigna en épocas anteriores se iba heredando de generación en generación. En los colegios y centro de educación los niños debían obedecer al maestro e incluso ni levantarse de la silla, lo preocupante es que aún sigue siendo vigente en algunos lugares. Así que buscar la aprobación social se convirtió en una constante de la vida.
¿Pero qué es el amor propio? es la esencia sobre la que un ser humano construye su vida y su desarrollo. Es el acto de reconocernos, valorarnos y respetarnos por quienes somos, sin importar lo que la sociedad, los amigos, o incluso la familia puedan decir o esperar de nosotros. Sin embargo, en un mundo que presiona a buscar la aprobación externa, a compararnos con los demás y a medir nuestro valor por estándares ajenos, el amor propio se puede fragmentar en algunas situaciones o momentos de la vida, ante ciertos personajes, y hacer tambalear la esencia de una persona. A menos que elija seguir creyendo poderosamente en sí mismo, por encima de las situaciones que se presenten, personas o circunstancias más complejas.
Como Coach que he trabajado en el mundo empresarial, a menudo me encuentro en las sesiones de coaching con crisis de amor propio, en todas las esferas y cargos. Muchos ejecutivos, alguna vez han sentido que su amor propio, que su autoestima se tambalea. Es normal, porque somos humanos, lo importante es armarse de coraje y decidir que también es natural arropar esas circunstancias.
Hay que recordar que el verdadero viaje hacia el amor propio comienza cuando dejamos de buscar validación fuera de nosotros y nos miramos con compasión y aprecio. El amor propio es aceptar nuestras imperfecciones, nuestros errores, heridas emocionales, conflictos internos, e incluso comprender a ese crítico interno o vocecita interior que se apodera de ti, en instantes para hablarte de caos. El amor propio, tiene que ver con comprender que somos humanos, que cometemos errores y que está bien cometerlos porque forman parte del aprendizaje de la vida. El amor propio tiene que ver con la capacidad de ponerle el ‘pecho a la vida’, erguir la cabeza para decir «no» cuando algo no nos hace sentir bien, y decir «sí» a lo que nos nutre y nos eleva.
Seguro en esos instantes, lloverán las críticas, porque habrá quienes te quieran herir en tu autoestima con sus creencias y formas de ver la vida, cuando te levantes y digas no, a personas que no te aportan, a situaciones que no te benefician, a trabajos que no te elevan el espíritu y a desafíos que te lastiman. La aventura de iniciar un viaje hacia el amor propio, trae consigo beneficios y situaciones insospechadas que se convierten en milagros y regalos del universo maravillosos. Les compartiré que cuando se decide ir para adelante y ante todo respetarte, el universo te abrazará, así en el instante la pases mal, o creas que no has hecho lo correcto, o sobrevenga la incertidumbre.
Un aspecto clave del amor propio es que no solamente nos beneficia a nosotros, sino que también impacta positivamente la vida de las personas cercanas y sobre todo a los hijos. Cuando nos amamos a nosotros mismos, estamos mejor equipados para amar a los demás de manera más profunda y genuina. Nos volvemos modelos a seguir para aquellos que también sufren con su autoestima y les mostramos que es posible vivir una vida plena y auténtica.
Entonces, ¿cómo podemos cultivar el amor propio? Comienza con pequeños pasos: reconocer nuestras cualidades y logros, tratar nuestros cuerpos con cuidado y respeto, rodearnos de personas que nos apoyan y nos inspiran, aceptar que los errores y defectos, también forman parte de nosotros, que no todos los días estamos bellos, o radiantes. Que a veces tenemos que enfrentar situaciones complejas. Y, lo más importante, recordar que el amor propio es un viaje continuo, no un destino. Es una práctica diaria de autocompasión, gratitud y aceptación.
Así que desde este artículo, las invito mujeres y hombres, a mirar dentro de cada uno de ustedes y a encontrar esa chispa de amor que reside en cada uno. Abracen su individualidad, celebren sus éxitos y aprendan de sus desafíos. Porque al final del día, la relación más importante que tendremos es con nosotros mismos y es la que nos llevaremos cuando transcendamos.
La pregunta del Coach: giovannafuentes@yahoo.com
¿Qué desafíos has enfrentado por amarte a ti misma?
¿Qué has observado que sucedió en tu vida, cuando elegiste afianzar tu amor propio?
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