Todas las personas alguna vez en su vida han dudado de sus capacidades, de su valía como ser humano, de su poder interior, hasta el punto de pensar de manera consciente e inconsciente que no son suficientes.

Esta creencia limitante puede llegar a fastidiarte la vida y dejar que tus mejores sueños y momentos se vayan por el caño del agua, sin darte cuenta de que es una creencia limitante que quizás adoptaste cuando eras pequeña o pequeño.

A veces los padres por desear lo mejor para sus hijos, terminan por lastimar su autoestima y violentar sus sueños, pensando de forma inconsciente que están haciendo lo mejor.    Cuando era niña, y quiero compartirlo siempre me iba bien en el colegio hasta recibía diplomas por esfuerzo personal y logros académicos, sin embargo, cuando llegaba a casa muy emocionada para mostrarle a mi padre estos reconocimientos respondía muy serio, que eso era lo que corresponde a una niña con tus talentos.   Comprendo que él buscaba que yo diera lo mejor de mí.

También comparto la historia de una de mis grandes amigas que hoy tiene más de 70 años y recuerda que ella era la mejor alumna del colegio y todas sus notas eran de 5.0, y alguna vez tu padre la reprendió, porque en la libreta apareció un 4.8. El regaño fue tan desalentador que ella aún a su edad, lo recuerda con dolor, porque apenas tenía 10 años.

Es por ello, que la creencia limitante de no ser suficiente, se va albergando en la psique de un niño, que desde temprana edad interpreta, de acuerdo a su conocimiento de que por más esfuerzos que haga nunca podrá complacer a sus padres. Lo preocupante de ello, es que en muchas facetas de la vida, una persona actúa en sus diferentes roles desde esta creencia limitante y termina por sentir que nada lo llena.  Hay un vacío, que se busca llenar con comida, sexo, drogas, cigarrillo, alcohocol, autocrítica, victimismo, manipulación, mentiras, ansias de poder, entre otros.

Hoy comprendemos que los padres siempre hacen lo mejor que pueden con la sabiduría y herramientas que poseen en cada instante y que somos nosotros los responsables de cargar con la mochila emocional de la que habla Robert Bly (escritor y pensador estadounidense) o liberarnos y transformar todas aquellas creencias y experiencias de la niñez para ser adultos emocionalmente saludables.

Esto puede conllevar una espiral de autocrítica, ansiedad o frustración que le impedirá a un ser humano, a impedir su propio brillo.    Por lo que mejor para que entrar en gastos, cuando lo mejor es dejar que otros brillen.

¿Cómo se manifiesta?

Se podría decir que es un síndrome que se caracteriza por la creencia persistente de que no se es lo suficientemente bueno, ya sea en términos de habilidades, logros o valor personal. Puede surgir de experiencias pasadas, como críticas o comparaciones con otros, y puede verse intensificado por el entorno social, donde las expectativas y las normas culturales juegan un papel crucial

¿Que situaciones la causan?  

Padres perfeccionistas: Padres demasiado perfeccionistas que no toleran que sus hijos se equivoquen y que tienen poca o nula educación emocional y consideran que con exigirle a sus hijos, a las malas o las buenas lograrán que ellos sean mejores.

Experiencias de la infancia: La forma en que los padres o personas trataban a sus hijos desde pequeños, las palabras que les decían como eres un bruto, no eres capaz de hacer las cosas bien, tu no sirves para nada, etc… juicios que se convierten en verdades para el subconsciente y que terminan por minar la autoestima, también expectativas poco realistas  pueden dejar huellas en los adultos.

Comparación Social: Las redes sociales han amplificado la tendencia a compararse con los demás. La vida aparentemente perfecta que muchos muestran en línea puede hacer que las personas se sientan inadecuadas.

Consecuencias del síndrome de no soy suficiente

Vivir con la percepción de no ser suficiente termina por tener efectos devastadores en la salud mental y emocional, entre las consecuencias más comunes esta la ansiedad, depresión. La constante autoevaluación negativa puede generar altos niveles de ansiedad y contribuir a trastornos del estado de ánimo. Evitar oportunidades, miedo al fracaso, autocríticas. Relaciones deterioradas, por la inseguridad y la falta de confianza en sí mismo.

Cómo superar esta creencia limitante:

Empieza por trabajar con el espejo, haciendo un ejercicio de autoobservación, y aceptándote y haciendo un autoreflexión de tus talentos, cualidades y habilidades.

Desafía tus pensamientos críticos o de menos precio, y pregúntate sí existen evidencias que respalden esos pensamientos, puede aplicar una técnica de coaching que he practicado con algunos de mis coachees con éxito.    Transformando tus porqués en una oportunidad valiosa para construir aformaciones (es decir, creencias empoderantes).

Práctica de la Gratitud: Llevar un diario de gratitud puede ayudar a centrarte en tus logros y en lo que valoras en ti mismo, en lugar de en tus defectos.

Aceptar la Imperfección: Reconocer que la imperfección es parte de la experiencia humana puede liberarte de la presión de ser perfecto. Todos cometemos errores y de ellos ha surgido maravillosos aprendizajes.

Buscar apoyo:  Buscar el apoyo de un profesional o Coach que te apoye a descubrir cuales creencias limitantes se albergan en tu subconsciente para que puedas hacerlas conscientes y transformarlas.

Fijar Metas alcanzables: Establecer objetivos alcanzables y celebra cada pequeño logro. Esto te apoyará a fortalecer la autoconfianza y transformarte.

Tu eres suficiente.   Trabaja en ello cada día y repítelo, escríbelo con lápiz de labios en los espejos de tu casa, como fondo de pantalla de tu móvil, o en el ordenador.

La pregunta del Coach: giovannafuentes@yahoo.com

¿Qué experiencias tuviste con tus padres en la niñez que te dejaron con la percepción de que no eras suficiente?

¿Qué palabras te decían tus padres cuando eras niño, o niña?

¿En qué momento asumiste que no eras suficiente?