El otro día estaba en el gimnasio. El lugar estaba lleno. Una de mis compañeras de clase me dijo, bueno esto se pone así los primeros días del año. Ya verás que en corto tiempo serán pocos los que sigan haciendo ejercicio. La mujer lo dijo con una certeza impresionante. Pero en realidad, su afirmación no es descabellada.

El pasado, 31 de diciembre miles de seres humanos en el mundo, que acostumbran realizar el ritual de las doce uvas con el sonar de las campanas que anuncian la media noche, el inició de un nuevo año, se prometieron con cada uva, que saboreaban: este año bajaré de peso, este año aprenderé un nuevo idioma, este año voy ahorrar para irme de viaje, este año voy a dejar de fumar, este año me comprare una casa, este año pagaré mis deudas, este año voy a dejar de usar las tarjetas de crédito compulsivamente, este año comeré más sano, este año dejaré de criticarme y criticar a los demás, este año, voy a dejar de ser malgeniada (o), este año no seguiré en esa relación que me lastima, este año comenzaré a trabajar en mi evolución espiritual, este año, me cambio de trabajo, este año, abandonaré la costumbre de chismosear, este año conquistaré la vida y al amor, en fin… la lista es interminable.

Sin embargo, aunque algunos comienzan con entusiasmo y logran invocar a la disciplina durante algunas semanas, muy pronto abandonan sus grandes propósitos . Por ejemplo si se han prometido que dejarán de fumar, dejan el cigarrillo por un tiempo, pero luego un buen día, regresan a los viejos hábitos y se olvidan de sus promesas. Luego, los invade un sentimiento de frustración y de crítica o de culpa y auto- rechazo, para caer en un estado de resignación y de nuevo en la corriente. En el piloto automático. En dónde algunas incluso se dicen a sí mismas yndash;qué va tanta cosa para nada, si al fin de cuentas de algo voy a morir y por qué no seguir fumando- si es el caso de los fumadores.
He observado como Coach, que las personas entran en un diálogo interno en donde se buscan pretextos para ingresar o permanecer e nuevo en su zona de confort y justificar la falta de voluntad para cumplir las promesas que se hicieron con la llegada del año nuevo. Según estadísticas en la tercera semana de Enero el 80% de la gente regresa a sus viejas costumbres y rompen con las metas que se propusieron en la cena del 31 de diciembre.

¿Por qué es tan difícil cumplir con las metas planeadas?. Tal vez, no exista la motivación suficiente para cumplir con lo que mi buen amigo Steven Covey, denomina ‘las victorias personales’ en su libro los ‘Siete hábitos de la gente altamente eficaz’. También se podría pensar que no existe un plan detallado o la meta trazada es poco realista. Así mismo, porque surgen las voces de la excusitis: yldquo;no tengo tiempo, no tengo dinero, etc… o hace carrera la famosa frase: yo soy así y no voy a cambiar.

Entonces por más que me esfuerce no lo lograré. Así que lo mejor es no hacer nada y seguir con los viejos hábitos. Al fin y al cabo el que me quiera, que me quiera como soyyrdquo;.
No obstante, el tema podría ser mucho más profundo de lo pensamos. Tal vez existe una explicación más transcendental de por qué la gente abandona fácilmente los tratamientos médicos, no cumple con sus planes de adelgazar, sigue fumando, sigue endeudado y se aguanta incluso maltratos con tal de echarse el ‘cuento’ de que todo anda bien y que no hay remedio para sus males, creencias o costumbres nocivas.

En mis años de trayectoria como Coach, he descubierto que la falta de amor propio, es lo que hace que la gente no haga realidad sus sueños. No se tiene el coraje de amarse a sí mismo. Por eso, prefieren seguir en el programa de quejas, criticarse, conservar sentimientos de envidia y echarle la culpa a los demás de todo lo que le sucede. No hay conciencia de que somos ciento por ciento responsables de todas las experiencias que suceden en nuestra vida, bien sea por acción o la omisión.

En un proceso de coaching, me llegó el caso de una mujer de 40 años, que vivía echándole la culpa a su marido de no haber estudiado. Ella, abandonó el estudio cuando quedó embarazada y luego con la crianza, se quedó cuidando a los bebés. Sin darse cuenta había activado un lindo ‘programa de quejas’: yldquo;A mi edad, ya para qué estudiar se decía.. Estoy muy grandecita para ir a la Universidad otra vez, no soy tan inteligenteyrdquo;. También hablaba de que estaba gorda y que por su culpa había pescado a su marido con otra, pues ella no había hecho nada para bajar de peso. Así que tenía todo un repertorio para excusar su infidelidad y de paso su estado de víctima.

Después de cada sesión de Coaching, Susana, comenzó a recobrar su amor propio. Como Coach la apoyé a que descubriera su belleza, su inteligencia, su valor como mujer, madre y esposa. Fue así como ella empezó a amarse, a darse su valor, a descubrir incluso nuevos talentos que no sabía que tenía. Hoy, ella, cuenta los días para ir a la Universidad. Esta feliz, estudiará Salud Ocupacional en una reconocida Universidad. Poco a poco, ha ido dejando sin poder su ‘programa o hábito de quejas y crítica’. Esta más joven. Sus dos hijos y esposo están contentos de que su madre haya empezado a hacer realidad sus sueños.yrdquo;

Susana, sigue trabajando en su proceso de crecimiento personal. Descubrió el poderoso valor de contar con un Coach que la apoye a superar sus miedos, creencias, culpas, resentimientos, entre otras emociones. Estamos ahora trabajando en la sanación de su niña interior, desde la mirada holística (cuerpo, mente, espíritu y emociones). Es otra mujer. Ha recobrado su lozanía y está más delgada.

¿Entonces qué es lo que te detiene o te esclaviza a seguir haciendo promesas que no te vas a cumplir y que solo activará en ti, el programa de auto-castigo, al rendirte sin siquiera haber dado el primer paso?.

Algunas personas, llevan en sus vidas, la conversación del ‘no tengo tiempo», no tengo dinero, quiero hacer el proceso de coaching, pero… no me alcanza, sin tomar conciencia de qué es su vida, la que está en juego. De que tal vez, es hora de asumir con valentía la responsabilidad de sus vidas y convertirse en un mejor ser humano. Escalar hacia una vida llena de prosperidad.

He conocido en mi trayectoria como Coach, mujeres con altos cargos, buena solvencia económica, pero poco amor por ellas. Ni bueno, ni malo. Al final, ellas han terminado descubriendo su verdadero brillo, brillo que siempre veo desde que inició un proceso de Coaching.

Dado que como Coach, veo la grandeza de los seres humanos. En una sesión de coaching, el entrenador o Coach, hace preguntas poderosas para que el coachee o cliente descubra respuestas poderosas que transformen su vibración y lo lleven de un lugar a otro. ¡Sabes!, cuando sanamos nuestra vida, las personas que están alrededor se sanan. Ya no encuentras culpables, sino responsables. Para dar un salto cuántico en tu vida, se recomienda como mínimo realizar 10 sesiones de coaching. Todo comienza con un paso.

Un día elegí que asumiría las riendas de mi vida. No ha sido fácil, pero he visto los frutos y la prosperidad. Atrás quedaron las conversaciones de ¡no puedo!, ¡no soy capaz!, ¡tengo miedo! ¡qué pensarán los demás!… También hoy, lo digo con orgullo, me convertí en una mujer corajuda y decidida a amarme con toda mi alma, corazón y poder divino. Todos tenemos retos, mientras seamos habitantes de la ¡escuela llamada vida!. ¡Tú también puedes!.

No voy a decir ahora, que camino entre nubes y que soy la mujer maravilla. Eso sería ponerme cargas innecesarias . Pero sí estoy segura que amo la vida y me siento agradecida con Dios de estar en este universo y aprender con cada experiencia.

Durante el proceso de coaching trabajamos en el crecimiento de la autoestima, la transformación de creencias limitantes, despertar de conciencia, evolución del SER a través de una mayor conexión con la divinidad, Yo superior, Universo, Dios o inteligencia infinita, de acuerdo a tu creencia. Como entrenadora de vida y ejecutiva, reto a los clientes a salirse de la zona de comodidad para que realicen acciones que fortalezcan su evolución interior. Es un espacio de amor, no juicio y de confidencialidad.

La pregunta del Coach del Corazón

¿Qué tan consciente eres de tu amor propio?
¿En realidad crees que te amas por qué tienes un cargo importante, estas joven, tienes novio, vas en el coche último modelo, viajas por el mundo, en fin…?
Con esto no quiero decir que no amo, la prosperidad en mi vida, es sano ser abundante muy sano.
¿Qué es para ti el amor propio?
¿Para qué te haces promesas que rompes con facilidad?
¿Qué persona en tu vida, te prometió algo que luego no cumplióyrdquo;?
¿Cómo te sentiste cuando te fallaron?
¿En realidad crees que te hace poderoso(a) seguir con la famosa frase: ‘Yo soy así y no puedo cambiar’?

¿Te amas o es tu ego el qué te hace creer que te valoras?
Taller ‘Mapa de los sueños, el Sendero de la Prosperidad’

Para los que estén interesados en hacer sesiones de coaching personalizadas para construir su mapa de los sueños y hacer de este 2015, el año de la realización y el crecimiento espiritual y personal en los diferentes áreas de su vida, (salud, pareja, trabajo, finanzas, familia etc..) podrán agendar su sesión a: giovannafuentes@yahoo.com.
Te invito a que elijas el ‘camino del amor’ y decidas que el 2015, será el año de ¡amarte más y de fortalecer tu autoestima y evolución espiritual!
¿Qué oportunidades o sucesos cambiarían tu vida, si logras cumplir tus metas?

Coach de vida y ejecutiva Certificada. Ganadora del premio. yldquo;’Mejores Prácticas de Coaching’ de la International Coach Federation, capítulo Colombia. Año 2014. Actualmente adelantó mi certificación en Coaching Espiritual con la Escuela Internacional de Puerto Rico Coaching For Wellness.
Namasté (la chispa divina que hay en mi reconoce a la chispa divina que hay en ti).