Una reflexión sobre el ideal de belleza de acuerdo a los parámetros establecidos por las redes sociales y su impacto. 

Adular la belleza humana se ha vuelto una constante con la popularización de las redes sociales, pues en ellas se exhibe a diario gran cantidad de material audiovisual generado por los mismos usuarios, quienes sin reparo alguno comparten recuerdos de sus seres queridos, memes, selfies e incluso desnudos parciales.

Unos procuran por emplear filtros para lucir más atractivos, otros demuestran sus habilidades para el uso del Photoshop, y hay quienes optan por mostrarse al natural, es decir, sin acudir a ningún tipo de herramientas de retoque digital.

Sin embargo, todos ellos tienen algo en común: recibir por cada publicación cientos o miles de “likes” de parte de la comunidad de seguidores que hayan alcanzado durante su permanencia en una determinada red social.

Precisamente los seguidores son los encargados de otorgar el juicio valorativo que merece cada imagen o video compartido en la Internet, contradiciendo muchas veces la concepción de belleza que la industria publicitaria le ha vendido a la sociedad durante décadas. Esa donde figura la mujer delgada, rubia y de ojos claros, y el hombre alto, blanco, musculoso y poseedor de una gran melena al estilo Elvis Presley, como los estereotipos de humanos perfectos físicamente.

Por ello, no es de asombrarse que en la actualidad el mundo se rebele y pierda el miedo de celebrar las tallas grandes, que exalte los múltiples colores de piel, que se rienda ante la diferencia y, que se enamore de pequeños detalles que hacen del hombre una criatura única y especial.

Winnie Harlow. Es una reconocida modelo canadiense, quien desde pequeña padece de vitíligo. Una enfermedad que produce la pérdida de pigmentación en la piel, y que se percibe como manchas asimétricas en algunas áreas del cuerpo. Sus más de dos millones de seguidores en Instagram, se confiesan estar seducidos por el contrate de tonos en su piel, y la seguridad con la que registra ante el lente de la cámara, empoderando a niños y adolescentes que sufren de esta misma condición, a sentirse bellos como son.

Cameron Dallas. Se dio a conocer al mundo por su talento y creatividad para contar historias con humor a través de la aplicación para celular Vine. En todas sus redes sociales acumula más de cuarenta millones de seguidores, que lo han convertido en la sensación adolescente del momento. Ni su baja estatura, ni su delgadez han sido impedimentos para protagonizar los más recientes desfiles de moda de la firma Dolce and Gabbana, o figurar como portada en publicaciones de renombre internacional. Su carisma y humildad se han vuelto su sello personal.

Adriana Convers. La bloguera de moda plus zise número uno en Colombia, ha convencido a través de sus letras e imágenes a cientos de mujeres con curvas que, la belleza es algo que viene de adentro y que al exteriorizarse cobra la relevancia que amerita. Su mensaje a trascendido a niveles de aceptación inimaginables. Convers ha protagonizado comerciales para televisión, prensa impresa e internet. Ha sido referenciada por publicaciones del extranjero como ícono de estilo en mujeres de tallas grandes.

Sanele Xaba. Es el primer súper modelo surafricano con albinismo; un trastorno genético que se manifiesta a través de la ausencia de pigmentación en la piel, ojos y pelo. Y es precisamente su aspecto, el que tiene fascinados a los fotógrafos que han trabajado con él en exhibiciones de arte gráfico, editoriales de moda y pasarelas internacionales. Su influencia en la industria del entretenimiento de su continente, le han permitido incursionar como actor y escritor.