Qué increíble lo formal que puedo llegar a ser, pero es que de primera impresión no es bueno mostrar la cédula. Yo me llamo Sol, Sol Castaño. Soy una más que nació con el sexo femenino y con el montón de hormonas que no dejan de revolotear todos los días. Sí, unas veces quiero una cosa, otras veces quiero otra, unas veces critico y de repente ya me veo haciéndolo. Así soy, nada nuevo tratándose de mujeres; tengo en este cuerpo felino, (oops perdón, el corrector) “fémino” un mundo real y otro fantasioso, una manera de hablar y otra de escribir; la de escribir se parece más a la manera de cómo pienso, porque la de cómo actúo, aún no sé muy bien quién se encarga.

Entonces mis queridas lectoras, y tú también querido lector que has llegado, (y que no sé quién rayos le recomendó entrar aquí, o qué andabas buscando en google), bienvenidos.

Este espacio será la manera como ustedes y yo nos comunicaremos, contaré mis pensamientos, las cosas que veo, el universo mental femenino que vive en mí, y por supuesto, el universo masculino que veo desde aquí, porque sí que hay tela para cortar, historias para contar y retos que asumir.

Qué pereza contar la parte teórica del asunto, pero en adelanto informativo les cuento que he sido reinita, modelito, ama de casita, desempleadita, solterita, bueeeeno, soltera hace poco, y no saben todo lo que tengo para contar. Escribo hace un buen tiempo en un blog que se convirtió casi en mi diario de experiencias disfrazadas, y pues, sin más preámbulos empecemos: