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¿Para qué sirve un corazón roto? ¿De qué manera aporta al mundo de quien lo carga? Y, ¿de qué manera este contribuye a su entorno, ya que a simple vista se convierte un peso inhumano para sus seres queridos?

Estas y muchas preguntas más surgen mientras atraviesas un dolor en el pecho que generalmente conocemos como «alma».

En palabras mas coloquiales, diríamos «Qué tusa tan….»

Déjame decirte que si estás atravesando por este estado, o si lo ves cercano, o si lo evitas al máximo estando en una relación que sabes que no te lleva a ninguna parte; debes saber, que no te escaparás. Nadie sobre la faz de la tierra se va escapar de este sentimiento mortal que produce el apego a otro humano, no saldrás ileso en el intento del amor, porque el arte del amar bien, es tan complejo que para aprenderlo de raíz, debes pasar una serie de obstáculos para que tu ego entienda el verdadero significado de decidir compartir una vida amorosa con otro ser.

Así que la vida nos trae profesores, que llamamos «Ex», ellos son los encargados de hacernos sentir el amor equívoco, el amor intenso, el amor tóxico, el amor fugaz, el de verano, el que no se puede por la distancia, el que no aceptan nuestros padres, el que no funciona… Todos, grandes maestros del arte del amor, el amor que no es y no corresponde; entonces, cuando llega la ruptura, el momento de decir adiós, la tan llamada «alma» se rompe en mil pedazos y sentimos que nunca va a volver a sanar, que no vamos a poder, que es lo peor que nos ha pasado… bla bla bla…

¡Todo esto falso! Producto de nuestro proceso de aprendizaje, pero cuando cruzas la línea de aceptación y dejas de ir contra la corriente, y reconoces que ya no está, sea cual sea el motivo, que viene ligado a un estado que necesitas aprender, porque surge de la falencia que tienes en el amor, llega a tu vida «El Despertar» es ese momento donde se cae la venda y ves, ¡¡Hombres!! Guapos, exitosos, millonarios, ricos o sea deliciosos… de todas las clases tamaños, formas, mentes distintas y la vida te abre las puertas y estás lista para cruzar.

Surge el vientico así como el de la Virgen de Guadalupe… y tú entras, y hay música ¡¡y muchos hombres!! Y también hay silencio y soledad, un silencio de dicha y una soledad con sonrisa y hoyitos en las mejillas, brillan los ojos y se siente paz y emoción en el corazón.

Entonces, ¿para qué sirven los corazones rotos? Para despertar, un viejo refrán dice: «Si pierdes el techo, ganas las estrellas» pero depende de qué tanto estés dispuesta a vivir ese momento denso y doloroso que piensas que no va a pasar jamás, depende de cuánto amor te des, y de cuánta curiosidad tengas para ver lo que hay después, depende de cuánto aprendas en el camino y de cuánto sea el tamaño de tu ego.

Otra cosa importante es que si no aprendes la lección, la repites; y si la aprendes te enseñará otra, te volverás a enamorar, volverás a llorar y sentirás, otra vez, que no puedes más, tendrás otro despertar y habrá más música, más hombres!! Y una nueva vida por vivir. Así que no esperes súbete al ascensor y deja de subir escaleras en rodillas.

Aquí te espera un buen Martini.

 

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