Dos temas infaltables en cualquier conversación que quiera profundizar acerca de nosotros mismos se escapa de este tema, junto con el tema del amor y las relaciones, ser feliz y mostrar de que manera lo somos es algo que jamas pasara de moda.
La felicidad es la capacidad de transformación que nos permitimos sin importar dónde y de que manera estemos donde estemos, haciendo lo que hayamos decidido o se nos ha cruzado en el camino, por la razón que fuera.
Es encontrar en cada momento la sensación de armonía, equilibrio y amor sin dejarnos llevar por el movimiento de historiales externos provoquen; es encontrar lo bello en todas las cosas y aprender de las circunstancias diarias.
Felicidad es un estado del ser, que activamos con la mera intención.
Existen varias maneras de aumentarla, de mantenerla en un estado sano y prolongado, pero depende de cada persona y el proceso cultural en el que haya pasado los años de su vida, depende de las experiencias y la capacidad de adaptarnos al cambio, a la transformación.
La felicidad no es algo que nos dan, es algo que producimos nosotros mismos y después compartimos, y no hay nada que eleve más nuestra alegría que ser aceptados por lo que somos, estando consientes de que estamos siendo consecuentes con los que en realidad sentimos y poder proyectarlo al mundo.
Paradójicamente aunque la felicidad se encuentra en si mismo, se disfruta en grupo.
Se dispone para ser compartida, aceptada y elevada entre quienes nos aceptan y aceptamos su manera de proveerla y conservarla. Porque no hay nada más satisfactorio que ver y sentir que aceptan tu manera de ser y que llevar libremente una realidad genuina y feliz.
La felicidad es sentirse completamente vivo.
El secreto de la felicidad está en amar todo por grande o pequeño que sea, por insignificante o magno. No se mide por las cosas materiales pero no por eso se puede desechar la posibilidad de gozar de ellas. Es encontrar en cada espacio vida y amor.
Eres feliz?
o solo sonríes?
Felicidad es ser.
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