Me rehuso a vivir el panorama nocturno entre las cobijas, esas llegarían a mi, solo en la madrugada y preferiblemente unas ajenas.
Así un dia hablaba ella a sus adentros queriendo ser rebelde y sincera con sus deseos mas morbosos y ocultos. Cohibida del mundo, despertando todos los días a las 6am para ir a supuestamente vivir, y disfrutar la vida que conjuntamente su sonrisa contemplaba ante los demás.
Pero,
Ella sentia una rebeldia con el mundo, que desplegaba desobediencia, tristemente solo en su mente.
Y yo, de verla tan oculta y obstinada creyendo que hacerlo bien era bien.
Lo hice todo.
Solamente para demostrarle que a través de mi andar podría deslumbrar una vida real.
Bajar la cabeza y subirla apretando los dientes, fijando la mirada y sacudiendo el pelo. Paso firme y tronco erguido, viendo el mundo como una pasarela.
La vida es un sueño, no un sueño por cumplir, ya lo es en si mismo, vivimos entre el pasado y el futuro apretándonos y obligándonos a vivir el ahora, que lo fabricaron tan corto, que no sabemos en que tiempo real estamos, sabiendo aun que el tiempo no existe, la vida es un sueño, y estamos y no estamos paralelamente. Así, que para qué empeñarse en hacerlo bien, si hacerlo bien ni siquiera esta concretado por la real academia de la felicidad.
Esas era las justificaciones que me daba para afrontar la libertad con la que nací, y la que me provocaba ella, viéndola tan reprimida.
La vida es fugaz, es mas corta de lo que pensamos, y no solo corta sino inesperada, formada por un componente humano millonario y milenario.
Vivimos atrapados entre costumbres, entre exigencias e imposiciones que solo están en nuestra mente como rejas de carcel, si supiéramos que con solo la intención se caen y desaparecen. Creemos que juzgar es ver en el otro lo que esta mal, cuando en realidad es nuestro propio instinto de cohibición hablándonos. Ofende la libertad, y se critica y se señala, sabiendo que todos queremos ser inmorales y absurdos.
Viéndola a ella, descubrí en mi, que puedo.
Ahora la rebelde soy yo, ella, juega a la rebeldía de sus deseos y los encierra en una jaula; yo los grito, y los sacudo, los pisoteo y los lanzo a las estrellas.
Mi arte es la desobediencia, en él, encuentro miradas que juzgan y miradas que sonríen, aveces siendo ella, viendo a través del espejo a las dos.
Pero como la vida es un sueño, hoy juego a ser ella y me acuesto a dormir a las 6.
Dulces sueños.
«Un dia vas a dejar este mundo atrás, así que vive la vida que deseas»
@solcastao