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Diana Traveler
Llegas a plena zona de Chapinero, en Bogotá. Entras a una casa. Te vendan los ojos. Extiendes tus manos y sobre ellas sientes una piel aterciopelada. No tienes ni idea de qué es, pero te encanta y quieres tenerlo ya en tu boca. ¿Te atreves?
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