Por: Guiovanna Fuentes Barbosa
Norberto peluquería “Barber and Shop”, un nuevo look para la sección de hombres. “Somos una pareja vanguardista, ese es uno de los secretos del éxito”, dicen.
Estar a la vanguardia de lo que sucede en las grandes peluquerías del mundo les ha valido a Norberto y Antonio su éxito como empresarios. Llevan cuarenta años juntos, tiempo, en que han crecido no solamente como visionarios del negocio de las peluquerías, sino como pareja.
En entrevista exclusiva para ALo.co, la pareja de famosos habló sobre su relación, los secretos para mantenerse vigente la peluquería y la manera cómo viven su vida.
Una serie de fotografías de hombres con barba exhibidas en las paredes del parqueadero me reciben como preámbulo a la entrevista. El aviso publicitario reza: Norberto peluquería “Barber and Shop”. Una parte del imponente palacete al estilo francés y español está en remodelación. La idea es adecuar el lugar para darle más relevancia a la sección de hombres, acorde con las tendencias del mercado.
Antonio la pareja de Norberto me atiende con cálido saludo, se disculpa mientras se ocupa de algunas cosas de la peluquería y me dice que en un rato estará con nosotros. Después de un par de minutos me invitan a pasar al penthouses. Dos floreros de cristal, con docenas de rosas rosadas y azules sobresalen en la escenografía de esta antecámara diseñada con un toque rococó.
En este salón predomina el color y las formas. Todo está en su sitio. La decoración tiene un aire barroco con vitrales de colores que iluminan el escenario. Allí, Norberto le da algunas indicaciones a la empleada del servicio. Saluda y al instante me pregunta como buen anfitrión que deseo tomar. Me traen una deliciosa aromática de frutas. Esta vestido impecablemente de negro, igual que Antonio.
Mientras iniciamos la entrevista me cuenta algunos detalles sobre la remodelación y con mucha frescura, habla de sus 70 años. Es un hombre activo. Todo el día está pendiente de la atención a las clientes desde su estratégica ubicación donde domina el panorama. Casi todas las mujeres que arreglan los estilistas pasan por su ojo. Si algo, no le gusta, inmediatamente procede a darle un retoque.
Apenas unos minutos de iniciada la entrevista, aparece Antonio, con una sonrisa amable. Se sienta y escucha con atención lo que está diciendo su compañero de fórmula sobre su vida y el negocio. No en vano, se han ganado el nombre de la peluquería más celebre del país. Lleva cuatro décadas predicando sobre belleza. Tienen alrededor de 250 personas entre peluqueros, manicuristas y personal administrativo. Cada uno de los colaboradores tiene claro su papel. Todos son amables y se esmeran por atender a los clientes de la mejor manera posible para hacerlo sentir como en casa.
¿Cuál ha sido el éxito de su negocio?.
Norberto: Es la mezcla de una serie de cosas. Diría que amar lo que hacemos. Soy perfeccionista. Eso puede no ser normal, pero siempre me preocupo por cada detalle. Cada día se gradúan nuevos peluqueros, pero no todos aman lo que hacen. Está es una vocación para amarla. Hemos sido inquietos. Nos gusta ser diferentes. Por eso, estamos a menudo viajando a New York, visitando las peluquerías de la Quinta Avenida, para conocer de primera mano, cuales son las tendencias que se imponen. Hemos estado en Europa en fin… Sacar adelante un negocio, requiere dedicación, disciplina, energía y amor.
Antonio: Muchas peluquerías y peluqueros reconocidos han cerrado por el miedo al cambio. Lo más importante para mantener vigente una empresa es innovar, estar abierto a lo nuevo. Ser flexibles. Hoy la tecnología y la internet nos mantienen conectados con todo lo vanguardista. Entonces todo es fruto del esfuerzo personal y de abrir nuestra mente a la influencia externa con lo que se impone en el mercado.
Algunos peluqueros que iniciaron casi a la par con nosotros se han pensionado, gente famosa, como Agustín Sánchez. No me veo, en esas. Amo mi trabajo y creo que siempre estaré vigente. Entonces nosotros seguiremos apostándole a la innovación.
Trabaje en una empresa familiar y la compañía cerró, porque no renovaron. Entonces el gran secreto está en anticiparse a las necesidades del cliente.
¿A qué se debe el cambio de look en la peluquería de hombres?
Antonio: Estamos haciendo adecuaciones para expandir la sección de hombres. La peluquería clásica ya no es atractiva para el mercado actual. Con la vida moderna, se destaca el regreso del hombre rudo y con barba. A esto se le denomina ‘lumbersexuales.
Entonces queremos darle un concepto exclusivo a la barbería. Así mismo estamos construyendo un spa para el área de pedicure y manicure, en el espacio donde funcionaba el restaurante para los empleados.
¿Cómo se complementan en su relación de pareja?.
Norberto: El respeto para mí es lo más importante en la vida. Uno tiene que respetar a la gente. Para tener éxito en la vida hay que respetar. Soy una persona sensible y busco siempre agradar a los demás. Estoy pendiente de cada detalle de la casa. Mientras Antonio, está atento a todo lo de la peluquería.
Somos dos personas distintas que se complementan. Por ejemplo, amo la ropa, me gusta estar siempre impecable en mi presentación personal. No soy de restaurantes, me gusta el vino. No soy amante de las lociones. Uso una fragancia suave. Lo mío es vestir bien. Vivo enamorado de la ropa.
Antonio. El respeto por el rol que cada uno ocupa en la peluquería. Tenemos claro nuestros espacios. Son muchos detalles en la convivencia del día a día. Estamos pendientes el uno del otro. Hay momentos en los que tenemos diferencias como todas las parejas, pero ante todo se ha mantenido el amor. Eso es lo esencial. A mí me gusta el color rojo. Tengo uno pantalones rojos que me regalo Norbertico.
¿Qué es lo que hace que el amor se mantenga después de cuatro décadas?
Antonio. Nuestra autenticidad. Cada uno es como es. Yo soy muy Antonio y Norberto es muy él. Pero claro, reconociendo en cada uno lo que somos. Dormimos en cuartos separados, somos autónomos de nuestros espacios. Eso hace interesante la convivencia.
Norberto: Aceptarnos tal y como somos.
¿Cómo se proyectan en unos años?
Trabajando, haciendo lo que nos gusta hacer con amor.
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