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La masturbación comienza en la infancia, continúa en la adolescencia y se afina en la adultez. No es un acto sucio ni pecaminoso. Todo lo contrario, tocarse es la forma más natural y sincera que podemos tener para descubrir cómo funciona nuestra sexualidad, qué disfrutamos y qué no.

Las mujeres ya se masturban. Lo digo porque parecía que solo los hombres podían hacerlo. También se creía que se hacía solo cuando se está en soltería, cuando incluso masturbar a la pareja o masturbarse en un momento íntimo, puede ser muy excitante.

Ahondo sobre el descubrir lo que sucede con nuestro cuerpo cuando tocamos nuestros genitales, sin miedo y sin creer que es impuro. Al tocarnos sabemos si disfrutamos que nos toquen el clítoris o este y la vagina, o clítoris, vagina y ano. Además, sabemos si nuestra elección está en sentir con los dedos o con un objeto. Reconocemos si nos causa placer que nos toquen con fuerza o sutileza.

Masturbarse es la mejor forma de guiar a la pareja para que él con su pene, también con sus dedos y otros juguetes nos penetren de la manera más deliciosa: esa que nos permite gozar cada segundo, lo que queda en evidencia al tener una vagina muy húmeda, ojo, no solo húmeda.

En mi siguiente post hablaré de la masturbación en hombres.

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