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Los hombres son visuales: Si ven a su pareja desnuda o en lencería su pene se puede erectar. Si ven a quien no necesariamente les atrae, pero está dentro del prospecto de su gusto, se pueden erectar. Ver las curvas de una mujer en televisión o en una revista los pueden erectar. Ellos se excitan, fácilmente, solo viendo.

Aún así,en el juego del amor y el sexo es posible excitar a mujeres y hombres mediante las caricias.  Dos cuerpos desnudos que se rozan, se tocan y acarician logran con  rapidez sentir placer, el cual eleva el deseo de tener sexo.

En sí, las caricias en la espalda, el cuello y las piernas pueden provocar una erección. Una forma de caricia es besar, al ser el tacto el principal sentido puesto en acción y al que se suma el gusta de saborear.

Si nos devolvemos y retomamos el punto de la vista, las mujeres también sentimos placer al ver, por ejemplo ¡cómo un pene dormido comienza a despertar! Es estimulante.

Ahora lo interesante es saber si la espalda, el cuello y las piernas son los lugares donde ellos desean ser acariciados con más vehemencia. Los hombres cuentan con puntos más sensibles, como los pies, las nalgas o las orejas.

¿Y cómo se acaricia?

Las caricias se reconocen por el contacto suave entre dos objetos. No necesariamente debe ser la mano que acaricia la espalda. Pueden ser las nalgas que acarician la espalda, o las piernas que acarician. Sin duda se usan más las manos, pero se puede optar por otra parte del cuerpo, incluso, se puede acariciar con una pluma.

Así, de la relajación y el placer que nos dan las caricias, pasamos a sentir unas ganas inmensas de que ese pene erecte entre en acción.

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