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Las manos pueden ser una de las herramientas más útiles en el sexo. Imaginación y creatividad es lo que se necesita para entrar en calor y humedecer los labios inferiores de una mujer con uno o varios dedos.

Así es. Cada uno de ellos puede hacer magia. Por supuesto, en la entrepierna de una mujer como ya lo dije. Sin embargo, se convierten en los aliados del cabello, para tomarlo con fuerza; del cuello, para acariciarlo con destreza; la espalda, para rozarla con las yemas; de los senos, para cogerlos como un fruto prohibido; de las piernas, para sentir que se posa la fuerza de un hombre.

Los dedos, con un movimiento suave que rodea el clítoris, logran acelerar la excitación y anuncian la bienvenida a un orgasmo.

Los dedos son aliados si se emplean con destreza y sutileza. Unos bruscos, que creen que el clítoris es un timbre, causan el efecto contrario en una mujer.

Ahora bien, las manos de una mujer son igual de importantes para un hombre. Ya sea para rozar su cuello y meter en su boca un dedo que será lamido como si se tratara de tu dulce favorito. Con los dedos, las mujeres podemos coger tu pene, rasgar tu espalda y arañar tu nalgas.

Yo me pregunto, ¿cuáles son tus dedos preferidos? Ojalá ninguno de ellos esté oxidado. O habrá que ponerlos a ejercitar.

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