Ingresa o regístrate acá para seguir este blog.
El concepto de economía circular sobrepasa el del reciclaje para ofrecer un innegable valor agregado a las diferentes industrias porque no solo conlleva la recuperación de material para su reutilización, sino que procura que los desechos puedan ser insertados de nuevo en las cadenas productivas como materia prima.
Este modelo permite que el medio ambiente tenga un respiro al impedir que los desechos producidos por el mercado, tengan una “segunda oportunidad” a través de su reintegración en ciclos productivos, reduciendo la utilización de nuevos materiales potencialmente contaminantes, además de reducir la generación de nuevos desechos
Miremos el ‘Octavo reporte de economía circular’, elaborado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y dado a conocer en diciembre 2023. En el documento señala que en 2012 “la actividad de recuperación de materiales registró un valor agregado de 2,3 billones de pesos, representando el 0,22 por ciento del total del valor agregado bruto de Colombia”.
El informe también revela que el año pasado “la tasa de aprovechamiento de residuos sólidos y productos residuales fue del 53,4 por ciento con relación al total de los residuos generados, equivalente a 16,2 millones de toneladas aprovechadas”.
Con respecto a la oferta total de residuos sólidos generados por los hogares, el informe destaca que “las actividades económicas y las importaciones, correspondió a 30,3 millones de toneladas para 2021. El proceso de reciclaje y nueva utilización de residuos sólidos alcanzó 4,1 millones de toneladas, equivalente al 13,5% de la oferta total de residuos sólidos y productos residuales en el país, utilizando principalmente residuos no metálicos reciclables”.
Todas estas cifras dan cuenta del potencial de la economía circular en Colombia, que solo serían datos sin la intervención y el decidido compromiso de empresas y organizaciones. Quiero hacer referencia a una de las iniciativas del British Council, denominada ‘Cultura circular’, que se lanzó el año pasado en el país, y que esta dirigida particularmente a la industria del entretenimiento cultural.
El propósito de “Cultura Circular” es impulsar el intercambio cultural acompañado de mejorar las prácticas de sostenibilidad en festivales culturales. Esto se logra a través del financiamiento de estándares internacionales de gestión ambiental en eventos y la formación de profesionales en la organización de los mismos, con la asesoría de especialistas que han llevado al Reino Unido a una posición vanguardista en la cultura de la sostenibilidad a nivel global.
‘Cultura circular’ contempló el año pasado un fondo global de 300.000 libras esterlinas (cerca de 1,6 billones de pesos), entregadas como subsidios de entre 10.000 y 20.000 libras esterlinas (entre 53 y 107 millones de pesos) a festivales colombianos cualificados.
Estas acciones adquieren mayor relevancia en el marco de la celebración del ‘Día mundial de la Tierra’, una fecha establecida por Naciones Unidas para reflexionar acerca de la importancia del cuidado del planeta y cómo frenar el cambio climático, y si se considera el racionamiento de agua decretado en Bogotá y las altas temperaturas en el país que son extrañas para abril, un mes hastka ahora caracterizado por las lluvias frecuentes. Pero ¿por qué hacer énfasis en las actividades propias de festivales y eventos, en particular?
Para nadie es un secreto que enfrentamos una emergencia climática y la industria de los festivales debe ser consciente de su impacto en el medio ambiente con emisiones de carbono o la huella ambiental en la producción de desechos y consumo de recursos. Veamos primero un caso internacional y luego nos fijaremos en la realidad colombiana.
Un estudio de 2019 que da cuenta de los impactos del Festival de Música y Artes de Coachella Valley, uno de los más tradicionales de California (Estados Unidos), del total de emisiones de carbono producidas por los eventos, el 80 por ciento se genera como resultado del desplazamiento de las personas.
Si miramos nuestro país, Colombia albergó en 2023 más de cien grandes eventos que registraron monumentales consumos de alimentos, bebidas, recipientes, vasos, bandejas y agua.
La Universidad de los Andes indica en una investigación que, en promedio, cada asistente a los conciertos produce 1,5 kilos de basura. Por si fuera poco, las personas contaminan siete veces más de lo normal cuando asisten a festivales.
Esas tasas llevaron a los organizadores de eventos musicales como ‘Rock al Parque’, ‘Petronio Álvarez’ y la ‘Media Maratón de Bogotá’ a adoptar, desde 2006, diversas acciones de reciclaje. En particular, estos eventos reutilizan, respectivamente, el 90, el 80 y el 70 por ciento de la basura que producen en cada jornada.
Nuestro aporte, materializado en ‘Cultura circular’, seleccionó en el periodo 2022 – 2023 unos 33 festivales en toda Latinoamérica. Y aunque el 83 por ciento de gestores de eventos en la región son conscientes de las oportunidades que tienen a su alcance para ser más sostenibles, lo cierto es que solo el 52 por ciento cuenta con el equipo dedicado a concretar ese propósito.
Lo cierto es que ninguna otra organización demuestra igual compromiso ni el mismo grado de incentivo con iniciativas dedicadas a promover el intercambio cultural y las prácticas sostenibles en el segmento de los festivales culturales, columna escrita por: Paula Díaz, Gerente de Artes en el British Council Colombia.
